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La posibilidad de una nueva etapa

By Jason Marczak

While Venezuela and Colombia have taken an important step in reestablishing diplomatic ties, a sustained commitment by both countries will be necessary to achieve a new era of bilateral cooperation, writes AS/COA's Jason Marczak in El Diario/La Prensa. (en español)

El martes, sólo cuatro días después de tomar las riendas de la presidencia colombiana, Juan Manuel Santos y su homólogo venezolano se pusieron de acuerdo para reestablecer las relaciones diplomáticas y comerciales. Este avance político pone al revés la decisión del presidente Hugo Chávez en romper las relaciones bilaterales el pasado 22 de julio, después de las denuncias del ahora ex presidente Álvaro Uribe sobre la presunta presencia de guerrillas en territorio venezolano.

Pero la reunión entre ambos mandatarios este semana en la ciudad de Santa Marta, Colombia, no resuelve todas las tensiones que han existido por mucho tiempo y que han permitido el congelamiento de relaciones desde agosto de 2009. Este encuentro es solamente la primera fase del establecimiento de confianza. Y si los vecinos andinos van a trabajar juntos y “avanzar en beneficio de los dos pueblos”, según la declaración de la reunión, los mandatarios necesitan mostrar que el acuerdo de esta semana es más que un espectáculo político.

Para ambos países, el acuerdo ayuda su perfil nacional. Venezuela tiene una tasa de inflación—especialmente en los alimentos—que supera 30 por ciento, el más alto en América Latina. También, el bloqueo comercial impuesto por Venezuela, ha resultado en una caída de más del 71 por ciento en términos de dólares en las exportaciones colombianas destinadas a este país en el último año. La renovación del comercio entre ambos países podría no solamente poner fin a estas presiones económicas, sino también ayuda a Chávez, quien esta preparando para la recta final de las elecciones en septiembre. Mientras tanto, Santos está pensando en la construcción de su perfil como presidente con credenciales internacionales.

Ahora los cancilleres tienen el reto práctico. El 20 de agosto se reunirán para dar forma a las cinco comisiones bilaterales creadas durante la reunión presidencial las cuales incluyen: el pago de deuda y reimpulso de las relaciones comerciales, el acuerdo de complementación económica, la inversión social en la zona fronteriza, el desarrollo conjunto de infraestructuras y la seguridad de frontera. Las comisiones reflejan las prioridades de cada país pero también tocan temas que han dividido los vecinos en el pasado. Sin embargo—mientras las negociaciones al nivel práctico no van a ser fáciles—son necesarias para dos países que se necesitan mutuamente.

Con respecto a uno de los temas más delicados - la seguridad - parece que el presidente Chávez esta cambiando su retórica con respecto al acuerdo de cooperación militar entre Bogotá y Washington. Este acuerdo fue anunciado el verano pasado y sacó chispas a las tensiones que siguieron creciendo hasta la brecha final en las relaciones el mes pasado. Esta semana, Chávez dijo que Colombia “es un país soberano” para firmar convenios de cualquier tipo, en alusión a este convenio con los Estados Unidos. Una posición contradictoria a sus advertencias en el pasado que este acuerdo es peligroso para la seguridad regional.

Esta semana marcó el inicio de una nueva etapa de colaboración. Pero solo se mantendrán si los gobiernos tienen la disposición para trabajar en los temas controversiales que van a surgir en la agenda y reconocer que la integración bilateral es el mejor mecanismo para solucionar esto.

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