Kamala Harris y Donald Trump. (X/Instagram)

Kamala Harris y Donald Trump. (X/Instagram)

Las diferencias entre Kamala Harris y Donald Trump respecto a América Latina

By Gladys Gerbaud and Chase Harrison

¿Cuál es el historial de los candidatos en temas relacionados a la región? ¿Cómo podrían abordar asuntos como la inmigración y el comercio si son elegidos?

Este artículo fue originalmente publicado en inglés.  

El pasado 10 de septiembre, los dos principales candidatos presidenciales de Estados Unidos, la demócrata Kamala Harris y el republicano Donald Trump, se enfrentaron en su primer debate televisado en vivo. Si bien solo mencionaron dos países latinoamericanos, México y Venezuela, la región tuvo gran relevancia durante la discusión. Los candidatos abordaron temas como la frontera sur de Estados Unidos, el déficit comercial y la posibilidad de imponer varios tipos de aranceles. La inmigración, en particular, fue un tema recurrente durante los 90 minutos del debate. En agosto de 2024, una encuesta Gallup mostró que la mayoría de los encuestados calificaron la inmigración como el problema más importante en los Estados Unidos.

Ambos candidatos tienen experiencia con América Latina. Como presidente, Trump renegoció el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) y viajó a Buenos Aires para una reunión del G20. Además, ha cultivado relaciones con líderes regionales como el presidente argentino Javier Milei y el expresidente brasileño Jair Bolsonaro.

Como vicepresidenta, Harris encabezó una iniciativa importante estadounidense relacionada con Centroamérica y viajó a México para reunirse con el presidente Andrés Manuel López Obrador.

¿Cuál es la postura actual de los candidatos respecto a la relación de Estados Unidos con América Latina? AS/COA Online los compara en temas como la política migratoria, los acuerdos comerciales y la crisis en Venezuela.

Política migratoria

La inmigración dominó la conversación del debate del 10 de septiembre. Trump tocó el tema en muchas de sus respuestas, incluyendo en su intervención final. Esto fue coherente con su campaña y con el hecho de que la inmigración figura como el primer tema en la plataforma del partido republicano.

La lucha contra la inmigración fue una piedra angular de la presidencia de Trump. Una de sus primeras medidas como presidente fue prohibir la entrada de inmigrantes procedentes de países principalmente musulmanes. Días después, Trump dio una orden ejecutiva que aumentó el alcance de las deportaciones en Estados Unidos. Durante su presidencia, el promedio de deportaciones alcanzaba casi 500.000 anualmente.

En un principio, Trump presionó a los países de América Latina para que frenaran la migración, incluso recortando la ayuda a El Salvador, Guatemala y Honduras y luego presionando a estos países para que firmaran acuerdos que obligasen a los migrantes a solicitar asilo en Centroamérica. Trump también tomó medidas para poner fin a la designación del Estatus de Protección Temporal (TPS) para los migrantes de esos tres países, así como de Haití y Nicaragua. Bajo el TPS, los migrantes reciben residencia y visas de trabajo. Un tribunal finalmente bloqueó la medida en 2024. El último día de su presidencia, Trump amplió la protección del TPS para incluir a los venezolanos.

En 2018, la administración Trump puso en marcha la política de “Protocolos de Protección al Migrante”, también conocida comúnmente como “Permanecer en México”. El programa se utilizó para enviar a unos 70.000 solicitantes de asilo de vuelta a México para que esperaran allí sus audiencias de inmigración en Estados Unidos. El presidente Joe Biden finalmente supervisó la derogación de la política en junio de 2022 después de un vaivén judicial.

Hacia el final de su mandato en 2020, Trump aprovechó una medida de salud pública de 1944 llamada Título 42 para impedir que los migrantes ingresaran al país durante la pandemia de COVID-19. Casi 2 millones de migrantes fueron expulsados ​​en sus primeros dos años. Esta fue otra política que se mantuvo en vigencia parcialmente durante la administración Biden y que solo cesó en 2023.

En su campaña de 2024, Trump ha prometido intensificar sus esfuerzos para acabar con la inmigración ilegal en Estados Unidos. Ha dicho que restablecerá la ley “Permanecer en México” y el Título 42. También ha propuesto una campaña de deportación masiva que involucre al ejército estadounidense, a la Guardia Nacional o a una nueva fuerza de deportación.

Cuando se le preguntó durante el debate sobre esta propuesta de deportación masiva, Trump respondió: “¿Saben que el crimen en Venezuela y en países de todo el mundo ha disminuido mucho? ¿Saben por qué? Porque han sacado a sus criminales de la calle y se los han dado a ella para que los ponga en nuestro país… El crimen en este país está por las nubes. Y tenemos una nueva forma de crimen. Se llama crimen migratorio”. David Muir, uno de los dos moderadores del debate, respondió a Trump que, según el FBI, el crimen violento en los EE.UU. en realidad está disminuyendo.

Apenas unos meses después de su toma de posesión, en marzo de 2021, el presidente Biden encargó a Harris que redujera la migración a Estados Unidos. Los esfuerzos de Harris se han centrado en abordar las “causas fundamentales” de la migración que impulsan a las personas a abandonar sus países de origen. Ha ayudado a gestionar más de 5.000 millones de dólares en compromisos del sector privado para el Triángulo del Norte.

En su campaña, también ha dicho que el sistema migratorio necesita reformas. Su sitio web menciona la creación de un “camino ganado hacia la ciudadanía”, pero no contiene detalles sobre lo que implicaría este proceso.

Durante el debate, Harris no dio más detalles sobre esta propuesta. Se centró en vez en el tema de seguridad fronteriza.

Al hablar sobre inmigración, Harris destacó su experiencia como fiscal en California, donde luchó contra las pandillas transnacionales y los traficantes de personas, pero evitó enfrentarse más directamente a las políticas de Trump.

Seguridad fronteriza

Durante la presidencia de Biden, los cruces fronterizos ilegales han alcanzado niveles récord. Un promedio de 2 millones de migrantes ingresaron a Estados Unidos, principalmente a través de su frontera sur con México, entre 2021 y 2023. Las cifras de deportaciones de la administración Biden han igualado a las de Trump, con 1,1 millones de deportaciones en sus primeros tres años. Las encuestas indican que los estadounidenses califican la seguridad fronteriza como uno de los temas donde Biden peor se ha desempeñado.

Trump ha hecho del control fronterizo un tema central de su campaña desde su discurso de anuncio presidencial en 2015, cuando prometió construir un muro pagado por México. Durante su mandato, Trump gastó más de 15 mil millones de dólares de dinero federal en el muro, supervisando la construcción de más de 500 millas de infraestructura, principalmente reemplazando o instalando una segunda valla a kilómetros de barreras preexistentes más pequeñas en la frontera.

Se comprometió a ir más allá en su campaña de 2024 con la promesa de “sellar la frontera, detener la invasión e introducir el mayor esfuerzo de deportación en la historia de Estados Unidos”.

En una entrevista con CNN durante su campaña presidencial de 2020, Kamala Harris calificó al muro como un “proyecto de vanidad medieval” del presidente Trump. Ella aseguró: “No voy a votar por un muro bajo ninguna circunstancia, y apoyo la seguridad fronteriza”.

Aunque Harris no ha hablado específicamente sobre el muro durante su campaña presidencial de 2024, uno de sus anuncios de televisión recientes dice que contratará a miles de agentes fronterizos más y destaca que previamente apoyó "el proyecto de ley de seguridad fronteriza más duro en décadas". El proyecto de ley en cuestión era un proyecto de ley bipartidista de seguridad fronteriza que el Senado bloqueó a principios de 2024. Habría aumentado las deportaciones, así como la financiación para más agentes fronterizos y tecnología. También incluía 650 millones de dólares para la construcción del muro fronterizo. Trump se pronunció repetidamente en contra del proyecto de ley. Harris mencionó el proyecto de ley bipartidista de seguridad fronteriza durante el debate. "Pero, ¿sabes qué pasó con ese proyecto de ley? Donald Trump se puso al teléfono, llamó a algunas personas del Congreso y les dijo que mataran el proyecto de ley", dijo ella.

En 2018, Harris, entonces senadora, pidió la dimisión de la secretaria de Seguridad Nacional, Kirstjen Nielsen, debido a su manejo de la política de separación de familias de Trump en la frontera. La seguridad fronteriza separó al menos a 3.900 niños de sus padres a través de una política que permitía deportar a los inmigrantes adultos sin sus hijos.  

Comercio

En 2023, México superó a Canadá y China como el principal socio comercial de Estados Unidos. Un elemento central de esa relación es el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), que reemplazó al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y fue negociado por el presidente Trump en 2020. El T-MEC tiene una revisión programada para 2026. ¿Cómo podrían los dos candidatos abordar este proceso y el comercio con América Latina en general?

En su campaña de 2016, Trump criticó fuertemente al TLCAN, al que se refirió como “el peor acuerdo comercial jamás hecho”. En su negociación del T-MEC, Trump presionó para fortalecer las protecciones para la industria automotriz norteamericana, agregó una sección sobre pequeñas y medianas empresas y redujo el poder del mecanismo de solución de controversias sobre inversiones, que permite la mediación de disputas comerciales. El T-MEC, al que Trump llamó “el acuerdo comercial más justo, equilibrado y beneficioso”, entró en vigor en julio de 2021 después de que los demócratas apoyaran el acuerdo en el Congreso.

Pero a pesar de negociar el acuerdo, el apoyo de Trump al T-MEC en un segundo mandato no está garantizado. Ha seguido siendo crítico del déficit comercial de Estados Unidos con sus socios norteamericanos, que se ha más que duplicado desde 2017 hasta alcanzar los 220.000 millones de dólares en 2023. Trump ha hablado en su campaña de 2024 sobre un plan para imponer un arancel del 10 por ciento a todos los bienes importados a Estados Unidos, un punto que Harris planteó en el debate del 10 de septiembre.

Trump utilizó los aranceles como palanca mientras fue presidente. Durante varios meses en 2018 y 2019, impuso aranceles a las importaciones de acero y aluminio de Canadá y México. Luego amenazó con imponer un arancel del 5 al 25 por ciento a todos los productos mexicanos en represalia por lo que consideró una inacción del país en materia de migración. Después de las negociaciones con los funcionarios mexicanos, Trump abandonó el plan.

Como presidente, Trump retiró a Estados Unidos del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP), que además de Canadá y México, también incluye a Chile y Perú.

Su oponente, Kamala Harris, también se opone al TPP, un punto de vista que expresó en su campaña al Senado de 2016.

En 2020, fue una de los diez senadores que votaron en contra del T-MEC y dijo que habría votado en contra del TLCAN. Sin embargo, a diferencia de Trump, la oposición de Harris surgió de su creencia de que el T-MEC no iba lo suficientemente lejos en materia de protección ambiental y laboral.

"No soy una demócrata proteccionista", declaró Harris en 2019. Ella se ha manifestado en contra del arancel global del 10 por ciento propuesto por Trump, publicando anuncios que decían que los aranceles perjudicarían a los consumidores. Respecto a los demás temas, Harris aún no ha comentado su opinión sobre la revisión del T-MEC o cualquier posible nuevo acuerdo comercial durante su campaña de 2024.

Venezuela

Las reacciones internacionales ante las elecciones del 28 de julio en Venezuela, donde el líder Nicolás Maduro se declaró victorioso a pesar pruebas de una victoria aplastante del líder opositor Edmundo González, ahora autoexiliado, han sido muy variadas.

Dos días después de las elecciones, Harris pidió que se publicaran los resultados completos de las elecciones y que se respetara la voluntad de los votantes. En agosto, Harris envió una carta a los líderes de la oposición, el la cual pide que los militares no fuesen violentos con los manifestantes y que el organismo electoral fuese transparente.

Como senadora, se opuso al uso de la intervención militar para asegurar la entrada de ayuda a Venezuela, a la misma vez que criticó la represión llevada a cabo por el régimen de Maduro.

Trump no ha hecho ninguna declaración directa sobre la elección, aunque llamó a Maduro "un dictador" en una entrevista en agosto.

Como presidente, Trump adoptó una postura fuerte contra el régimen de Maduro, intensificando las sanciones en numerosas ocasiones. Eso incluyó cortar el acceso del régimen a las instituciones financieras estadounidenses, prohibir la compra de la deuda venezolana y sancionar a personas consideradas como ayudantes de los aliados de Maduro. También sancionó a la empresa petrolera estatal de Venezuela, así como a las empresas y personas que ayudaron a dicha empresa.

En 2019, después de que Juan Guaidó asumiera el papel de presidente interino de Venezuela, la administración Trump reconoció al líder como el legítimo jefe de Estado del país.

Lea el artículo original en inglés.

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