Remarks: Leonel Fernández, President of the Dominican Republic
Remarks: Leonel Fernández, President of the Dominican Republic
The Dominican president outlined his country's economic successes in recent years while highlighting areas for future growth and investment. Read a transcript of his remarks.
PRESENTATION BY PRESIDENT JUAN MANUEL SANTOS
MODERATOR:
SUSAN SEGAL,
PRESIDENT AND CEO,
AMERICAS SOCIETY/COUNCIL OF THE AMERICAS
SPEAKER:
JUAN MANUEL SANTOS,
PRESIDENT,
REPUBLIC OF COLOMBIA
***AS DELIVERED***
September 24, 2010
PRESENTADOR: Buenas tardes, buenas tardes (continuación en inglés).
PRESIDENTE LEONEL FERNÁNDEZ REYNA: (Empieza a hablar en inglés). Bueno, en realidad un honor, para nosotros estar con ustedes aquí hoy. Como Susan ha dicho, hace cinco años que estuve la última vez en esta prestigiosa Casa de las Américas, aquí en Nueva York; y por supuesto, un gran honor y un privilegio encontrarme aquí con ustedes de nuevo. Hace cinco años cuando estuvimos acá en el año 2005, teníamos ya un año de nuevo en el gobierno en la República Dominicana y estábamos tratando de lidiar con una crisis interna que se había producido en el año 2003.
Una crisis financiera, doméstica, interna de la República Dominicana. Algo muy extraño porque en realidad en América Latina hubo un período de crecimiento sostenible entre el año 2003 y el año 2007, y antes de eso en la década del noventa hubo por igual hubo un período de crecimiento entre el año 1995 hasta el 2001. Y volvió a retomarse en el 2003 hasta el 2007. Entonces, el resultado paradójico que mientras en América Latina había un crecimiento, mientras había una situación de estabilidad en los mercados internacionales, la República Dominicana, sin embargo, experimentó esta crisis financiera en el año 2003. De manera que al llegar al gobierno en el 2004 nuestra tarea principal era cómo sobreponernos a esta situación de crisis financiera que condujo a varios bancos, a varios intermediarios financieros en la República Dominicana a tener que quebrar.
Suscribimos un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, y a partir del año 2005 la República Dominicana empezó de nuevo su tradicional sendero de crecimiento económico sostenido. Y desde el año 2005 hasta el año 2009, hasta el año pasado, yo diría que la tasa promedio anual de crecimiento de nuestra economía estaba en 7,5 por ciento. De manera que estábamos por encima del promedio que estábamos teniendo en América Latina. Eso solamente experimentó una caída el año pasado, en el año 2009, cuando el PIB dominicano creció 3,5 por ciento. Es decir, crecimos por debajo de la mitad de lo que tradicionalmente crece la República Dominicana. Pero aun habiendo crecido en un cincuenta por ciento, fue el país que más creció en América Latina el año pasado. Ningún otro país tuvo una tasa de crecimiento en el 2009 de 3,5 por ciento, sólo la República Dominicana. Este año 2010, todavía la crisis global no se ha superado, la recuperación ha sido lenta y ha sido débil, pero en el primer semestre de este año la economía dominicana creció 7,5%, también una de las más altas tasas de crecimiento en la región. Esperamos, sin embargo, que en la segunda mitad del año, debido a un programa de consolidación fiscal que estamos llevando a cabo con el Fondo Monetario, la economía no tendrá el mismo comportamiento del primer semestre, pero en todo caso estaríamos proyectando un crecimiento entre un 6 y un 6,5 por ciento.
En todo caso también estará entre los más altos niveles de crecimiento en la región, y, diría también, en el mundo. Por consiguiente, la economía dominicana ha demostrado tanto cuando ha habido factores internos de desestabilización, o de turbulencia financiera y económica, cuando se trata de factores externos, como es el caso de la crisis financiera global, la economía dominicana ha demostrado una capacidad rápida de respuesta. La República Dominicana ha demostrado ser una economía con mucha vitalidad y con mucha energía, y con una rápida recuperación frente a las adversidades que se le van presentando. Entonces, para nosotros, de lo que se trata no solamente es de gerenciar una crisis, sino qué hacer más allá de la crisis, para que la República Dominicana se pueda integrar plenamente en el marco de la economía global y pueda generar prosperidad en el orden económico y bienestar social a nuestra población, dentro de un marco y un contexto de fortalecimiento de las instituciones democráticas, en lo que ahora conforma nuestra nueva constitución que llamamos el estado democrático y social de derecho de la República Dominicana.
Y hemos incluido en forma expresa la noción de lo social porque sabemos que durante bastante tiempo la lucha política en la República Dominicana, y en América Latina en sentido general, estuvo orientada hacia la conquista de valores democráticos, en que pudiéramos celebrar elecciones cada cuatro años, que esas elecciones fuesen limpias, que la oposición tuviese el derecho de participar, el acceso a los medios de comunicación, y que sus resultados fuesen respetados. Bueno, esos son valores y principios democráticos del siglo diecinueve, que desafortunadamente nosotros en América Latina no teníamos. Es una conquista relativamente tardía, propiamente se extiende a los años ochenta, pero desde que se fundaron nuestras repúblicas hace casi 200 años, eso era la ilusión, era la aspiración, era la utopía, pero nunca se había logrado, se logra en los últimos treinta años. Pero bueno, hoy sabemos que una vez conquistados, estos valores democráticos, independencia de los poderes públicos.
Hoy día nuestros pueblos reclaman un programa de justicia social. El problema de América Latina hoy día no es si las instituciones funcionan o no funcionan. Estamos en un proceso de consolidación y de hacerlas más transparentes. Las luchas hoy tienen que ver con la problemática social, el tema de la pobreza, que sigue siendo el problema estructural más grande que tenemos en toda América Latina. El problema de la inequidad social, es el otro problema que tenemos, la alta tasa de desempleo, la falta de oportunidades, una educación que carece de calidad para poder competir internacionalmente, servicios de salud que también son mediocres, sistemas de seguridad social que son inoperantes, gobiernos que no pueden proveer servicios públicos adecuados. Esos son los temas hoy día de América Latina. Entonces la problemática social se inscribe como un tema fundamental en consolidar los procesos democráticos que con tanto esfuerzo y con tantas luchas se iniciaron en los últimos treinta años.
La República Dominicana, pues, al inscribir en su reforma constitucional, que es un estado democrático y social de derecho, estaba combinando, pues, los valores liberales del siglo diecinueve con las aspiraciones del siglo veintiuno. Es cómo podemos vivir en libertad, cómo podemos vivir en democracia, pero al mismo tiempo con prosperidad y bienestar. Y sabemos que si lo segundo no se logra, lo primero está amenazado. Y por tanto es algo que tiene que hacerse de manera integral, de manera conjunta, para que nuestros pueblos se sientan identificados con los sistemas políticos transparentes, responsables, que estamos tratando de construir en todas partes. La principal amenaza, pues, que tenemos hoy día a la viabilidad de ese estado democrático y social de derecho, tiene que ver con el impacto que ha tenido la crisis financiera global, que se ha convertido en una crisis económica, más allá de lo puramente financiero.
Para la República Dominicana, como para América Latina, esa crisis financiera no fue una crisis financiera. Para nosotros no lo ha sido. Ningún banco de República Dominicana ha quebrado, ningún banco en América Latina ha quebrado como consecuencia de esta crisis. La crisis financiera global se ha convertido para nosotros en una crisis comercial, que es diferente. Y como resultado de la crisis comercial, las exportaciones latinoamericanas han disminuido, y también las importaciones han disminuido, y eso es lo que explica la desaceleración que ha habido en el crecimiento de nuestras economías. En la medida en que efectivamente ha habido un proceso de recuperación, aun lenta como he dicho, pues ha habido una reactivación del comercio internacional. Y por tanto, ya se nota que estamos contribuyendo de nuevo a colocar productos en el exterior y que nuestras aduanas se están abriendo a la importación de los productos tradicionales que siempre hemos importado. Por tanto, allí hay, pues, una dinámica que se está recobrando. Pero no hemos salido aún de la crisis como he dicho. Todavía está latente, y esa crisis ha llevado, a nuestro modo de ver, a la elaboración de dos modelos, de dos formas de cómo se puede resolver este gravísimo problema que está afectando a toda la humanidad, y que yo diría es la situación económica más, más adversa que hemos tenido que enfrentar desde la Gran Depresión de los años treinta.
Y para resolverlas, se han elaborado dos modelos o dos teorías. Yo diría que hemos enfrentado de nuevo en la primera década del siglo veintiuno, a Keynes con (ininteligible). Una política donde se entiende que el estado debe jugar un rol más activo, más directo y más dinámico en la solución del problema, y otra, la visión de que lo que se requiere en estos momentos son políticas de austeridad. Vamos a ver la primera, la políticas neo keynesianas, políticas anticíclicas, políticas orientadas hacia la expansión del gasto como manera de hacer que la economía crezca y salgamos de la crisis.
Yo diría que en un primer momento, sobre todo cuando quiebra Lehman Brothers, que es lo que de alguna manera contribuye a crear conciencia de la magnitud de lo que está pasando, cuando quiebra Lehman Brothers surge la idea de la necesidad de que el estado norteamericano intervenga con paquetes de rescate al sector financiero, que son los setecientos cincuenta mil millones de dólares, mas doscientos cincuenta mil previos que había habido, el paquete (ininteligible) como le llamaban aquí en Estados Unidos, un trillón de dólares en rescate a los bancos quebrados. En el fondo, ¿qué es eso, que el estado ha puesto dinero suyo para rescatar bancos? Es una política de expansión del gasto que se ha manejado con recursos fiscales. Esa política sirvió para algo, yo pienso que sí. Creo que si el gobierno de Estados Unidos no hubiese intervenido rápidamente con estos recursos fiscales, el sistema financieros norteamericano y el sistema financiero global habría colapsado. Y por tanto, tendríamos una situación inerranable en estos momentos para la economía mundial.
Es tan evidente esto que he dicho, que he leído estando aquí en el Wall Street Journal, en el Financial Times, que ya los bancos, varios de los bancos que fueron rescatados con fondos fiscales, están en condiciones de ir repagando al gobierno la inversión que originalmente se hizo. De manera que es una gran noticia de que los contribuyentes al fisco en los Estados Unidos van a recibir los recursos de parte de los bancos que fueron salvados mediante los paquetes que aquí han llamado bailouts, paquetes de rescate, y que nosotros cuando lo castellanizamos decimos “el belaut” que hicieron en los Estados Unidos (risotadas en la audiencia). Bueno, si de alguna manera la economía norteamericana ha empezado a crecer, y sobre todo, en el primer trimestre, el primer semestre de este año 2010, se debió fundamentalmente a ese paquete de rescate.
Si hemos visto un debilitamiento en el último trimestre de la economía americana, si hemos visto que la tasa de desempleo no desciende en la forma en que se espera, es porque, primero, el efecto de ese rescate original se ha ido evaporando. Se requeriría, de acuerdo con algunos, un segundo paquete fiscal para reactivar la economía de nuevo, y de hecho es lo que el presidente Obama ha intentado hacer recientemente, cuando en una de sus giras de campaña ahora en apoyo a los candidatos del partido demócrata, ha propuesto 50 mil millones de dólares para obras de infraestructuras. Y hay economistas en este país que lo que sugieren es que efectivamente pueda haber ese segundo paquete fiscal, que obviamente no se sometería antes de las elecciones de noviembre. Y si ganan los republicanos la casa, o el senado, en noviembre pues tampoco sería después, porque se utilizaría como un instrumento de política para que el presidente Obama no gane la reelección. Es muy evidente. Bueno, frente a esta idea de la expansión del gasto como manera de recuperar el crecimiento económico y disminuir el desempleo, ha surgido otra tesis, la tesis de la austeridad, que de alguna manera ha surgido en Europa después de la crisis de Grecia que puso en duda la viabilidad del euro como moneda. Y en Europa ha surgido la idea de que el paquete fiscal inicial, que no solamente fue en Estados Unidos, también los hicieron los bancos centrales en distintas partes del mundo, el banco central europeo respondió, la banca en cada país respondió a salvar la situación, los gobiernos, mejor dicho, intervinieron para salvar esos bancos, y el banco central europeo.
Lo que han visto, lo que es evidente, es que si el gobierno pone el dinero el déficit público se incrementa, la deuda del estado se va a incrementar. Hoy día en Estados Unidos la deuda es un 80 por ciento del PIB. La deuda norteamericana ha llegado a trece trillones de dólares en estos momentos. Luego, pues lógico, si el gobierno ha puesto el dinero para salvar a los bancos, la deuda del gobierno ha aumentado. Y hay la preocupación de que esa deuda sea inmanejable y que lo que hay que hacer en estos momentos es tratar de reducir esa deuda. Y la deuda se reduce recortando el gasto público. Al recortarse el gasto público el crecimiento se contrae, obviamente. ¿Quién tiene la razón? Los dos tienen la razón. Los dos tienen la razón, porque usted no puede llegar a un nivel de endeudamiento que sea inmanejable, porque si eso ocurre, ¿cuál va a ser la situación final? Un fenómeno de hiperinflación, que es lo que temen los alemanes, y fue lo que ocurrió en la famosa República de Weimar.
Los alemanes en entonces en Europa, ellos son los que llevan ahora la voz cantante de que ahora lo que hay que hacer es recortar el gasto, establecer políticas de austeridad para contener la deuda y evitar la inflación. Pero si usted recorta el gasto, y usted establece políticas de austeridad, en un contexto de recesión, entonces puede ocurrir al revés, que lo que usted está estimulando es una política de deflación, de cero crecimiento, de cero préstamos bancarios, que no se mueva la economía, que es entonces el modelo japonés de diez años. El temor que hoy día tenemos entonces, a nivel mundial, es que la cosa pueda irse de una hiperinflación tipo Alemania de la República de Weimar a una situación deflacionaria tipo Japón en los años recientes. Lo que se requiere es una política de equilibrio.
Si usted efectivamente estimula el gasto, la economía va a crecer y en la medida en que la economía crezca la proporción de la deuda con el producto bruto baja. Si la economía crece, el valor de la deuda relacionado con el PIB tiene que bajar. Es una manera de reducción de deuda. Lo que no puede es sobreendeudarse, pero si usted utiliza recursos del estado en proyectos de infraestructuras, que es lo que a mi modo de ver, inteligentemente, el presidente Obama pretende hacer, usted lo que está es creando riqueza, usted lo que está es yendo a la economía real, no a la parte especulativa, financiera, que fue lo que creó la crisis financiera global. Es una vuelta a los fundamentos de la economía. En lugar de especular en los mercados financieros, es invertir en infraestructura que genera riqueza y crea las herramientas para el desarrollo futuro ulterior. Entonces ahí estamos, y por supuesto República Dominicana no escapa a esa lógica que se está dando.
El primer semestre en el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, se nos decía: “Gasten”. Se nos estimulaba a que la República Dominicana expandiera el gasto. En el segundo semestre nos dicen: “Ahora no gasten, ahora tienen que contraer el gasto”. Y yo pienso que es esa búsqueda a la solución de esta crisis sin precedentes que ha habido en la historia de la humanidad. Se va descubriendo sobre la práctica, sobre la marcha de cómo esto tiene que resolverse. En todo caso, yo siempre he sido optimista que a pesar de la gravedad y la magnitud de la crisis actual, sin duda alguna que habrá una solución. Al largo plazo no me cabe duda, porque aun en el medio de esta profunda crisis, yo creo que se están dando las condiciones más extraordinarias en toda la historia de la humanidad para producir una gran revolución. Una gran revolución en el ámbito energético. Una gran revolución en el ámbito de la producción de alimentos. Una gran revolución en el transporte. Una gran revolución en la ciencia de la salud, que se va a producir en la creación de nuevos productos que irán al mercado y van a activar y a revitalizar todo el sistema económico mundial.
Es decir, aquella frase de Schumpeter, de la creación destructiva, creo que se está dando exactamente en estos momentos. En medio de esta profunda crisis que es lo que vemos, hay algo por debajo que no estamos viendo y que es lo que tendrá mayor impacto y es esta revolución en todos los órdenes que se está dando pero no alcanzamos a ver en estos momentos porque estamos sumergidos por el tema de la crisis. Pero ese es el largo plazo, en el corto plazo la gran interrogante es cómo salimos del entaponamiento en que nos encontramos. Soy de la idea de que en el 2010 íbamos a despegar. En el 2010 no hemos despegado. Todavía el crecimiento es lento, todavía es débil y puede haber hasta una reversión. Depende. Y, bueno entonces allí eso se mezcla con el tema electoral norteamericano, porque son los ciclos electorales, atrapados en elecciones dentro de unos meses, no se pueden tomar medidas en el congreso porque pueden afectar electoralmente.
Si se podrán tomar después de noviembre, depende de quién gane o quién pierda. Y el tema está tan activo en la política electoral de Estados Unidos ahora, que el movimiento Tea Party en el fondo lo que plantea es que no gasten. Es decir, si ustedes escuchan los discursos de los candidatos del Tea Party, ¿qué es lo que están diciendo? Están preocupados por el monto de la deuda en Estados Unidos. Están preocupados por el déficit público. Están preocupados por el futuro de Estados Unidos, porque no saben cómo se va a manejar la deuda. Esa, eso está instalado en el debate electoral para el mes de noviembre en este país, y es lo que está provocando que en el caso por ejemplo de esta señora, que ganó en Delaware, ¿no? ¿Cómo es que se llama? (Voces en la audiencia inaudibles). La Sra. O’Donnell que ganó en Delaware. Su argumento fundamental es que ella va al congreso para controlar el gasto de la administración Obama. Claro, si controla ese gasto y este país se mantiene paralizado se puede pronosticar desde ya una deflación.
Y una deflación en Estados Unidos es catastrófico para todos nuestros países en América Latina que dependemos, dependemos del mercado norteamericano, sobre todo desde el punto de vista comercial. Vamos a ver cómo evolucionan las cosas, ¿verdad?, en este sentido. He visto estando aquí que el asesor del presidente Obama va a renunciar, el asesor económico Larry Summers. Eso no me parece una buena noticia en estos momentos porque ha sido el que ha contribuido a elaborar la idea de que en estos momentos lo que se requiere es el incremento del gasto público.
Bueno, en República Dominicana no estamos inmunes, o no estamos ausentes, ¿verdad?, en este gran debate que se lleva a cabo, y hemos experimentado en seis meses la oscilación del péndulo entre el estímulo a gastar, ahora a la orden [ininteligible] el gasto, y por supuesto tenemos que someternos disciplinadamente porque somos un país pequeño que no tenemos esa representación en el Fondo Monetario Internacional o en cualquier organismo multilateral de carácter internacional. Para mi modo de ver, el momento lo que requiere es que la economía crezca y ya luego veremos cómo se maneja el resto. Bueno, mientras tanto insisto, hemos mantenido la estabilidad macroeconómica en República Dominicana, a pesar de todo. A pesar incluso de la crisis energética del año 2077-2008, donde el precio del petróleo se disparó a 145 dólares el barril.
Mantuvimos la estabilidad del crecimiento a pesar de la crisis alimentaria que generó disturbios sociales en distintas partes del mundo y que nos obligó a nosotros entonces a repensar una política de seguridad alimentaria a corto, mediano y largo plazo. O sea que pudimos sacar provecho de la crisis para organizarnos mejor para el futuro. Pero viene entonces también el tema estructural. El tema estructural y cómo nos posicionamos y cómo nos vemos nosotros entonces hacia el futuro. Hacia ese futuro hemos estado trabajando en el país a través del Ministerio de Economía, Calificación y Desarrollo en la elaboración de un plan estratégico de desarrollo nacional hacia el 2030. Estamos viendo los próximos veinte años para la República Dominicana.
No solamente es lidiar con la crisis, es cómo vemos más allá de la crisis. Este programa de estrategia de desarrollo nacional lo estamos compartiendo con los distintos sectores de la vida nacional, con los distintos partidos políticos, sociedad civil, organizaciones cívicas, grupos empresariales, para que sea algo de todos, que lo podamos asumir como una herramienta nacional, como un programa de todos los dominicanos que estamos mirando en cómo construimos nuestro futuro. Y, dentro de ese programa, estamos viendo fundamentalmente la transición que la República Dominicana tiene que experimentar. Nosotros venimos de ser un país agroexportador, y fuimos exitosos en eso y todavía lo seguimos siendo.
Conversaba hace algún momento con Pepe Fanjul en la mesa aquí, de cómo la industria azucarera en República Dominicana, está la familia Fanjul , está la familia (ininteligible), ¿verdad?, hay productores extranjeros, guatemaltecos, en el área de de Barahona, por ejemplo, y a todos les resulta rentable hoy día la industria azucarera, que era una de las más viejas industrias nuestras. Pero cuando pregunto sobre el cacao, por ejemplo, el cacao del cual la República Dominicana sigue siendo un producto cotizable en los mercados internacionales, por el desarrollo de la industria del chocolate. El tabaco dominicano hoy día se ha convertido, en un brands (ininteligible), en una manera de identificar a República Dominicana.
Yo me encontrado con la situación bastante singular de estar con una personalidad internacional, en algún foro internacional, y lo que hace es que nos identifiquen con el cigarro que se hace en la República Dominicana. Así que hemos llegado a tener dos marcas internacionales, los peloteros dominicanos de Estados Unidos y el tabaco dominicano en Europa y en Asia y en todas partes del mundo. Son como nuestras dos principales de exportaciones. Tabaco, peloteros y cerveza. La cerveza Presidente que se distribuye en distintas partes del mundo. Bueno, pero de esa economía agroexportadora, nosotros hemos hecho un tránsito hacia una economía de servicios. Y yo diría, y Frank me perdona el atrevimiento que voy a hacer aquí porque no quiero usurpar el rol de los historiadores, pero creo que nosotros hicimos un salto de la economía industrial hacia la economía de servicios. Saltamos esa etapa, porque en realidad nuestra industria es una industria ligera que se ha desarrollado fundamentalmente con las zonas francas.
Y lo que fabricamos en zonas francas es textiles, prendas de vestir, calzado, plásticos, etc., que muchas veces han sido ensamblajes y mucho valor agregado. Y en el ámbito local, pues también ha sido una industria ligera. Nosotros no podemos decir que nos hemos desarrollado como un país industrial. Pero sí es una economía de servicios. Entonces lo que tenemos en servicios es turismo, que ha sido excelente, banca, el sector financiero, el sector comercial, la industria de la construcción se ha desarrollado enormemente en nuestro país. Entonces, en ese tránsito sin duda alguna que República Dominicana ha progresado. Se nota un progreso en el cambio de un modelo agroexportador hacia un modelo de una economía de servicios. Pero resulta que el mundo va a una velocidad gigantesca, y el éxito de hoy no garantiza el éxito de mañana. Y hay que estar constantemente innovando. Hoy día es la innovación lo que permite la supervivencia y poder de alguna manera mantener el crecimiento y el desarrollo económico del país.
Y eso nos obliga, entonces, en que si pensamos en turismo donde hemos sido exitosos, ya no puede seguir repitiendo el turismo que teníamos, que es un turismo del toro (ininteligible) incluido, que es un turismo masificado que nos ha permitido mantener la cantidad de habitaciones hoteleras para turistas en toda el área del Caribe. Y qué bueno que así ha sido, pero sabemos que ya no es sostenible para el futuro, que ahora hay que buscar un tipo de turismo diferente, que será turismo sofisticado, diversificado en las ofertas. Ahora estamos hablando de turismo de golf. Convertir a la República Dominicana en un centro de turismo de golf. Es el turismo del spa, es el turismo ecológico, es el turismo de montañas, es el turismo de juegos acuáticos. Tenemos que cambiar porque los que están en el negocio del turismo tienen sol, tienen playa y tienen arena.
Claro eso no se distingue un sitio del otro, hay que crear un espacio de singularidad, ¿no?, donde la gente quiera ir a ese sitio porque es único en el mundo. A mí me ha parecido por ejemplo, que una de las grandes cosas que hemos logrado. Aquí está Leonel y que es el gran experto en materia turística, pero una de las grandes cosas que nosotros hemos logrado es que el Aeropuerto de Punta Cana, que es el aeropuerto con mayor tráfico aéreo de toda la región del Caribe, es un aeropuerto diferente a todos los aeropuertos, hecho precisamente en Cana. Bueno, la gente que llega, bueno pues, esto no es París, no es Nueva York, esto es Punta Cana, con un aeropuerto hecho de cana. Es decir, darle el carácter singular que la cosa debe tener. Bueno, entonces eso yo diría con respecto al turismo, la necesidad en estos momentos de repensar el turismo, de tener una nueva estrategia para el turismo que nos permita ser más competitivos, no necesariamente traer un mayor volumen de turistas, sino gente que pueda gastar más en el turismo.
O sea con buenos turistas generar mayor volumen de riqueza es el gran reto, el gran desafío que tendríamos por ejemplo en el sector turístico. Bueno, la necesidad de crear clusters. República Dominicana en materia agropecuaria es un país que el doce por ciento del producto todavía es agropecuario, en un mundo con una gran volatibilidad de precios en materia de alimentos debe procurar una política de seguridad alimentaria. ¿Qué habría que hacer? Bueno cambiar las técnicas de producción, ir hacia la utilización de tecnologías modernas para incrementar la productividad que pueda satisfacer el mercado local y también generar exportación en la propia región del Caribe con Centro América, región con la cual tenemos un acuerdo de libre comercio, y, por supuesto, el vecino país de Haití, que todavía carece de seguridad alimentaria, tiene que importar la mayor parte de sus alimentos.
Y República Dominicana perfectamente puede ser proveedor de alimentos para Haití. Y eso es otra fuente de dinamización de la economía dominicana. La idea, por ejemplo, de tener sistemas de producción bajo climas controlados, lo que llamamos “los invernaderos”, es por ahí que anda el mundo de la agricultura. Hace poco estuve en Colombia, y viajaba desde Medellín hasta Bogotá, y mirando del avión todo el trayecto de Medellín a Bogotá estaba lleno de invernaderos. La capacidad de producción que hay en Colombia como resultado de la aplicación de esta tecnología moderna es extraordinario, es inmenso. República Dominicana debe ir en esa dirección en materia agropecuaria. En materia industrial de lo que se trata es de una convergencia. No podemos tener dos modelos de industrias, una que produzca para dentro y otra que produzca para fuera. Tiene que haber una convergencia, crear el cluster industrial de República Dominicana. Y aquí incluso pienso lo mucho que nosotros podemos aprovechar. En lugar de ser críticos del fenómeno de la globalización que tiene su lado oscuro -sin duda alguno lo ha demostrado esta crisis financiera global- es también ver el lado de las oportunidades.
El mundo de la globalización al sector industrial brinda oportunidades impensables. ¿Por qué razón? Porque hoy usted puede simple y llanamente entrar en la cadena global de valor a través de la producción de un componente del producto. No hay que producir el producto completo. República Dominicana no será por muchos años un centro de industria aeronáutica, jamás, pero un componente que se pueda fabricar para un avión se puede hacer en República Dominicana. Nosotros no tenemos la industria automotriz, pero se pueden fabricar componentes que tienen que ver con el producto final que es el vehículo. Pero para ferrocarriles y para lo que se quiera, se pueden tener centros para fabricación de componentes.
Y eso es aprovechar la globalización en el ámbito industrial, integrándose a la cadena global de valor. Eso se puede lograr perfectamente, y así en casa caso. Y ya luego, entonces, lo que sería novedoso, lo que sería la innovación hacia el futuro en nuestro país, tiene que ver con cómo hacemos el tránsito de este modelo exitoso de los últimos treinta años, que es un modelo de economía de servicios, pero de trabajo intensivo, porque el interés ha sido crear empleos, empleos sin embargo no de mucha calidad, es empleos para la supervivencia, ahora lo que tenemos que crear son empleos pero que sean bien remunerados. Porque lamentablemente, y debo decirlo aquí porque es la forma que la experiencia me ha indicado que las cosas también funcionan, lamentablemente, en este mundo también global, muchas inversiones se han hecho o se hacen sobre cómo reducir costos laborales. Y se utiliza la palabra competitividad como un eufemismo. El eufemismo de la competitividad significa reducción de costos laborales. Pero en el fondo, ¿qué es reducir costos laborales? Que los trabajadores no puedan disfrutar plenamente de su condición de gestores de riqueza. Entonces, eso no puede ser, ¿no? De que los que produzcan la riqueza no se puedan beneficiar porque la competitividad significa reducción de costos laborales.
En un primer momento creamos los empleos. En un segundo momento tenemos que mejorar la calidad de los trabajadores. Porque si no se mejora la calidad de los trabajadores tampoco se habrá estabilidad en el sistema. Y eso se va lograr, cuando, entonces, pasemos del modelo de trabajo intensivo al modelo de capital intensivo o con una base tecnológica que va a funcionar de manera trasversal a todas las áreas pero también como producción de tecnología propia, en base a los elementos o condiciones que crea nuestra propia situación de país. Y aquí doy, en este caso, un ejemplo que hemos vivido en Punta Cana por igual. La Universidad de El Collao tiene con Punta Cana un programa que consiste en el estudio de (ininteligible), ¿no?, de gusanos en el área de Punta Cana para producción de medicamentos. Y le han creado hasta un nombre “(ininteligible) for drugs”, de convertir los gusanos de Punta Cana en medicamentos a nivel mundial.
¿Cómo se logra? Con la ciencia, con la aplicación de la tecnología, hacemos de eso un producto y ese producto va a tener un mercado mundial. Pero bueno, de igual forma, el desarrollo de la industria farmacéutica en la República Dominicana, eso tiene una gran potencialidad. El estado de New Jersey aquí en los Estados Unidos, ¿de qué vive? De la industria farmacéutica. Toda la riqueza que tiene New Jersey fundamentalmente es ciencia de la salud y farmacia. Bueno, República Dominicana puede tener laboratorios biotecnológicos dedicados a la industria farmacéutica, perfectamente. Puerto Rico, en los últimos treinta años, ¿de qué ha dependido fundamentalmente? De la industria farmacéutica. Así que la biotecnología, la farmacología, tienen una gran potencialidad en nuestro país, en la producción de diversos medicamentos que pueden entrar al mercado, y nos permiten entrar al mercado global. Usted tendría por ejemplo, una que me parece particularmente importante a mí, del cual hablo continuamente, que es el de la industria del software.
Y hemos creado el costo del software y recientemente tuve una reunión con ese grupo en Santo Domingo. Me sentí profundamente entusiasmado en saber los avances que van a lograr. Pero póngase a pensar que podamos distribuir, diseñar, elaborar programas, aplicaciones en lengua española para el área de la educación, para la salud, para los servicios financieros, los servicios comerciales, etc., solamente pensar en el mercado norteamericano, son cuarenta millones de hispanoparlantes que adquirirían esos productos. Para nosotros, es fácil. ¿Por qué razón? Porque podemos establecer una alianza entre República Dominicana y el estado de la Florida y estoy seguro que Pepe nos va a ayudar muchísimo a abrir esos mercados por allí. ¿Eh? Y es fácil, ¿por qué razón? Porque República Dominicana desde ya es el segundo socio comercial del estado de la Florida al día de hoy. Es decir, hay mayor relación comercial de la Florida con República Dominicana que con Brasil, bueno Brasil es el número uno, pero que con Colombia, que con Venezuela, que con Argentina, que con todo el mundo.
Y resulta, e insisto en la Florida, porque la Florida que nosotros siempre asociamos con Disney World, ¿eh?, pero la Florida es el quinto estado de la unión americana en desarrollo de tecnología. En las quince mil empresas en la Florida todas ya ligadas al ámbito de tecnologías. Son el segundo socio comercial, pero insisto, en calzado, en prendas de vestir, hagamos el cambio. Sin abandonar lo otro, sin abandonar la producción de textiles y, el modelo de trabajo intensivo se queda pero doy un giro hacia capital intensivo. Y procuro entonces socios de las empresas en la Florida en alta tecnología y los llevo al parque cibernético de Santo Domingo. De hecho está ocurriendo. El (ininteligible) de las Américas que opera en Miami ya opera en el parque cibernético como el (ininteligible) del Caribe, y por lo que ellos me cuentan, ha sido algo extraordinario, lo que han conquistado allí. ¿Eh? Ahora queremos llevar a Microsoft también para que opere desde el parque cibernético de Santo Domingo.
Y por consiguiente estas oportunidades, estas posibilidades están naturalmente, eso no lo hace el gobierno. El gobierno simple y llanamente lo que pone (ininteligible) es en estado de alerta, el gobierno toca puertas, el gobierno crea las relaciones, pero le correspondería al sector privado hacer uso de esta relación que se está creando para dar el salto hacia adelante. Yo quisiera ver a empresarios dominicanos interesados en invertir en programas o aplicaciones de software en lengua española, asociados con el estado de la Florida y teniendo como mercado la costa este de los Estados Unidos. Esto sería fabuloso en los años por venir. Por lo demás, de la tecnología de la información y la comunicación se puede pensar en muchas otras industrias que son de las tecnologías modernas para incrementar productividad, para generar mayor volumen de riqueza, y para integrarlos en los mercados mundiales.
Ahora, además de tener ese plan estratégico de desarrollo nacional a treinta años, además de tener un plan de competitividad, además de establecer vínculos a nivel empresarial, hay un elemento clave para que todo esto se pueda hacer: capital humano. En ausencia de capital humano, nada de esto se puede lograr. Ahora también aquí somos un país privilegiado. Hay un millón de dominicanos que viven en Nueva York. De ese millón de dominicanos, Nueva York es la segunda ciudad de la República Dominicana. Así es señores, primero es Santo Domingo, y después es Nueva York, y después Santiago. Que no me escuchen los (ininteligible), pero esa es la verdad, ¿eh? Nueva York es la segunda ciudad. De manera que cuando uno llega a Washington Hights (ininteligible), a veces uno piensa que entra por (ininteligible), pero es la misma cosa. (Risotadas de la audiencia) Es exactamente lo mismo, el mismo espíritu dominicano. Allí en la boca del (ininteligible) allí es donde venden los periódicos dominicanos, y me cuentan aquí que todos los días la gente está atenta aquí a lo que dicen los periódicos por la mañana. Piensan ustedes que no abandonan su espíritu nacionalista, su espíritu patriótico.
Pero ¿cuántos estudiantes tenemos nosotros solamente en (ininteligible), en el sistema de (ininteligible) University of New York? Más de cuarenta mil, solamente en (ininteligible). Eso significa que tenemos jóvenes que son bilingües, que son biculturales, que conocen el mundo moderno, que quisieran hacer una contribución con su país, lo único que ha faltado es la oportunidad. Y la oportunidad está allí para que uno pueda aprovecharla. El gobierno estaría en condiciones, se lo he dicho en otras oportunidades, de contribuir con el capital semilla e innovación, o creación o incubación de estas pequeñas empresas. Si alguien viene con un proyecto que tenga sentido, que luzca viable comercialmente, el gobierno aporta los recursos capital semilla para la incubación de esta empresa y que se pueda reproducir. De hecho tenemos una incubadora de empresas en el parque cibernético que pretende, procura traer a jóvenes de talento para que presenten sus proyectos, y eso nos va a permitir elaborarlos y que se puedan beneficiar del producto que han elaborado. Entonces el tema es capital humano y eso significa educación.
Y debo reconocer aquí que todavía nosotros no estamos a la altura de lo que se requiere, de lo que se necesita, sobre todo en materia de educación superior, para formar esos recursos necesarios en el siglo veintiuno para lograr la transformación radical de la República Dominicana como un país próspero y como un país generador de bienestar social. Pero se puede lograr, y se puede lograr también en base a las alianzas estratégicas que puedan hacerse entre universidades dominicanas y universidades en el exterior. Y de hecho lo estamos haciendo, y por eso también, en estos momentos el gobierno dominicano tiene un plan de becas para llevar a diez mil estudiantes dominicanos al exterior. En estos momentos ya tenemos ocho mil. El año que viene van mil trescientos más a partir de febrero.
De manera que a partir que al 2012 habremos cumplido la meta de diez mil estudiantes dominicanos en el exterior financiados por el gobierno dominicano. Ahora, ¿qué va a significar eso? Una transformación, es una revolución, estos jóvenes que vienen de los Estados Unidos, que van a Europa, que van a otros países de América Latina, que van hasta a Corea, que van a Japón, vienen con otra cultura, vienen con otra mentalidad, vienen con referencias que han construido, porque han visto cosas, y eso les gustaría verlo de nuevo en su país. Antes cuando alguien salía a estudiar fuera, o era contratado por una empresa, le llamaban “brain drain”. Ahora le llamamos “brain gain”. La gente vuelve y aporta lo que aprendió, las conexiones que tuvo, es decir, es un mundo diferente, donde se construyen redes de contactos, redes de relaciones. Y usted mueve eso continuamente, es un “brain circulation” de alguna manera, lo que se llamaba (ininteligible), y eso es un valor agregado que usted va a tener para su país.
Entonces, para nosotros la educación es la clave del siglo veintiuno. Estamos trabajando intensamente en programas de becas, programas de intercambios. De Israel por ejemplo nos han llegados dos profesores, PhD, especialistas en biología celular, para trabajar en la universidad autónoma de Santo Domingo, en cómo transferir conocimientos en investigación en materia de biología celular. Y así tenemos que buscar investigadores de otros países que se queden en República Dominicana un tiempo, en lo que nosotros podemos formar nuestros PhD (ininteligible) en las distintas áreas, y esa es la forma de ir transformando el país. En síntesis el siglo 21, es el siglo del conocimiento. En todas partes se habla de la sociedad de la información y social-conocimiento. El gran desafío para la sociedad dominicana es cómo nos transformamos nosotros en una sociedad del conocimiento viviendo en una economía agroexportadora, a una economía de servicios de trabajo intensivo, cómo damos el salto a una sociedad del conocimiento. Lo creo posible, es una base de la integración global que existe en estos momentos. Y la disposición que he observado en distintas partes del mundo de que efectivamente puede haber colaboración, puede haber cooperación en acelerar este proceso. Por tanto estamos en medio de una crisis en este momento. Pero el futuro es venturoso, el futuro tiene grandes oportunidades, y yo agradezco la presencia de todos ustedes aquí, porque lo interpreto como la reafirmación del compromiso de seguir invirtiendo en la República Dominicana. Muchas gracias. (Aplausos de la audiencia).
PRESENTADORA: (Empieza a hablar en inglés).
PREGUNTANTE: (Pregunta hecha en inglés).
PRESIDENTE: (Respuesta en inglés).
PRESENTADORA: (Clausura en inglés).
(END)