Una América del Norte próspera y competitiva
Una América del Norte próspera y competitiva
Opinión Internacional. Con la intención de revisar los avances de la Alianza para la Seguridad y la Prosperidad de América del Norte (ASPAN) creada en 2005, llegan hoy a Cancún los tres líderes de Norteamérica: Vicente Fox, George W. Bush y el nuevo Premier canadiense, Stephen Harper El momento político alrededor de esta reunión es crítico y estratégico, ya que permitirá mandar un mensaje claro de que el futuro de la región de Norteamérica, considerada hoy como la más dinámica del mundo, deberá de trascender colores partidistas y más allá de los resultados electorales que se lleguen a dar tanto en México como en Estados Unidos, es necesario adoptar una política de estado que garantice la seguridad y la prosperidad de las naciones y nos permita hacer frente a los retos que presenta una economía globalizada.
La ASPAN nació con la intención de establecer mecanismos de cooperación para dotar a la región con mayor seguridad y solidificar las economías, especialmente bajo el nuevo orden internacional post septiembre 11, 2001.
A través de la conformación de grupos intergubernamentales, los tres gobiernos han venido trabajando a lo largo de los últimos meses para reforzar la seguridad de ambas fronteras y agilizar el flujo legal de mercancías y personas, así como incrementar el número de turistas.
Los mandatarios han elegido uno de los destinos turísticos más importantes de la región para continuar la discusión de cómo hacer frente a temas comunes de seguridad e inteligencia, respuesta conjunta en caso de desastres, energía, transportación, servicios financieros y tecnología, entre otros.
Tomando en cuenta la creación del ASPAN y la participación activa del sector privado en torno a la Agenda de Prosperidad, el Council of the Americas a través de su Comité de Negocios de América del Norte (NABC por su siglas en inglés), tuvo a bien presentar a la opinión pública el documento titulado "A Compact for North American Competitiveness".
Dicho estudio parte de la idea de que el surgimiento de China, India y otros países en la economía global nos obliga a pensar de manera regional buscando ante todo una estrategia conjunta para hacer más competitiva nuestra región.
Aunque a 12 años de su entrada en vigor el TLCAN ha logrado triplicar el comercio entre los tres países socios, generando una actividad comercial superior a los dos mil millones de dólares diarios y un mayor flujo de Inversión Extranjera Directa, es fundamental pensar en la siguiente etapa la cuál necesariamente tiene que tomar en cuenta los desafíos que nos presentan las economías emergentes de Asia y el resto de los bloques económicos.
Para ello, el documento de competitividad propone la promoción de nuevas políticas que fomenten el desarrollo pleno de las naciones a través del esfuerzo compartido del sector privado para seguir generando nuevos empleos.
Propone también la creación de un fondo de desarrollo para México con la contribución económica de los tres países. A cambio, se invitaría al gobierno mexicano a trabajar en reformas económicas.
Como tercer punto, se puntualiza la necesitad de apoyar la integración de los factores de producción, haciendo énfasis en la mano de obra y para ello se apoyaría la creación de un acuerdo de trabajadores temporales.
Por último, vemos la necesidad de desarrollar una fuerte campaña de promoción e investigación sobre los beneficios que ha traído el TLCAN y con ello encontrar nuevos esquemas de cooperación en el frente comercial. (Para una discusión más amplia de estos puntos, se invita a consultar la página Web www.counciloftheamericas.org/coa/committees/index.html.)
En este contexto, y con la intención de encontrar coincidencias entre los tres países, el Council of the Americas ha sostenido dos reuniones con la participación amplia del sector privado y representantes gubernamentales.
La primera reunión se llevó a cabo en enero del 2006 en Louisville, Kentucky, con el auspicio de la empresa de transportación UPS.
La principal conclusión fue la necesidad de crear un verdadero sentimiento de comunidad de América del Norte en donde todos los habitantes se sientan parte de este proceso de integración.
Para ello, es fundamental contar con mayor voluntad política de todos los sectores involucrados, incluyendo a los tres órdenes y niveles de gobierno, así como al empresariado y círculos académicos quienes desempeñarían un papel clave a través de la educación.
La segunda reunión se llevó a cabo el 15 de marzo de 2006 en Washington, en colaboración con la Cámara de Comercio de EU.
Dicho encuentro contó con la presencia del Secretario de Comercio de EU Carlos Gutiérrez, así como representantes del los gobiernos de México y Canadá quienes escucharon de viva voz nuevos planteamientos de parte del sector privado.
Dichos comentarios fueron analizados por los representantes gubernamentales y serán sometidos a las comitivas que acompañarán a los mandatarios hoy en Cancún.
En resumen, reconocemos la complejidad política de los temas en la agenda trilateral a tratar en Quintana Roo. Sin embargo, creemos que la Cumbre de Cancún es una excelente oportunidad para empezar a pensar y a actuar en el contexto de la seguridad y competitividad de Norteamérica.
Si los tres países no trabajan en conjunto para encontrar coincidencias en cuanto al marco regulatorio, y a los beneficios que trae consigo la aprobación de reformas políticas y económicas, será mucho más complejo enfrentar el reto asiático.
En realidad tenemos dos salidas, permanecer escépticos, enfocándonos en un debate estéril sobre nuestras diferencias, o trabajar juntos a través de las oportunidades que hoy nos brinda la sociedad estratégica que compartimos desde 1994.
*Eric Farnsworth, Vice-Presidente del Council of the Americas en Washington, D.C. Rubén Olmos, Analista de Programas de Políticas Públicas en el Council of the Americas en NY.