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Overview

El Consejo de las Américas es la principal organización empresarial internacional cuyos miembros comparten un compromiso común con el desarrollo económico y social, los mercados abiertos, el estado de derecho y la democracia en todo el hemisferio occidental.

El 6 de noviembre de 2024, el Consejo de las Américas, con el apoyo de Pfizer, celebró una mesa redonda en la Ciudad de México, centrada en la política pública de vacunación materna en México. Este encuentro reunió a representantes del sector público, destacados profesionales médicos y científicos, así como a miembros de la sociedad civil y del sector privado, con el objetivo de abordar los retos y las oportunidades que enfrenta el país en la implementación de políticas efectivas de inmunización.

Participantes

  • Martha Avilés-Robles, Profesora Adjunta Curso Universitario Especialización en Infectología, Universidad Nacional Autónoma de México
  • Ilein Bolaños González, Directora General, Con Amor Vencerás
  • Gabriela Echaniz, Investigadora, Instituto Nacional de Salud Pública
  • Giorgio Alberto Franyuti Kelly, Director Ejecutivo, Medical IMPACT
  • Rodolfo Jiménez, Infectólogo Pediatra
  • María Julia Marinissen, Agregada de Salud, Embajada de los Estados Unidos de América en México/Departamento de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos
  • Juan Carlos Martínez Vivar, Encargado del Área de Enfermedades Prevenibles por Vacunación, Instituto Mexicano de Seguro Social (IMSS)
  • Ragnhild Melzi, Vicepresidenta, Consejo de las Américas (moderadora)
  • Carlos Molina, Líder Médico de Vacunas, Pfizer México
  • Lucy Isabel Morales Márquez, Titular de la División de Prevención y Detección de Enfermedades, Instituto Mexicano de Seguro Social (IMSS)
  • Yessika Moreno, Directora Médica, Pfizer México
  • Martín Pérez García, Director General de Coordinación de Institutos Nacionales de Salud
  • Jacqueline Tovar Casas, Presidenta, Fundación Mexicana de Prevención y Salud Materna A.C.

El propósito fundamental de esta mesa redonda fue proporcionar un espacio para el intercambio de perspectivas entre diversos actores clave, a fin de evaluar la necesidad de contar con programas nacionales de inmunización sólidos y sostenibles, tanto para la población infantil como adulta. Durante el evento, se discutieron las condiciones necesarias para definir un modelo exitoso de inmunización en México, así como la adecuada asignación de recursos presupuestales a dichos programas. Asimismo, se abordaron cuestiones críticas relacionadas con la implementación de políticas de salud pública eficaces en los primeros días de vida del recién nacido, la importancia de fortalecer la confianza en la vacunación y la necesidad de incrementar las tasas de inmunización en el país. A continuación, se presentan las principales recomendaciones y propuestas surgidas durante este diálogo.

Fortalecimiento de la colaboración intersectorial y la cooperación internacional. Es imperativo que el gobierno de México, en colaboración con el sector privado, la academia y las organizaciones internacionales, establezca una estructura de cooperación interinstitucional robusta y sostenida. Los participantes en la mesa redonda coincidieron en que la experiencia de la pandemia de COVID-19 reveló deficiencias en la coordinación entre las diversas partes involucradas en la respuesta sanitaria, lo que subraya la necesidad de fortalecer la colaboración para enfrentar crisis futuras. A futuro, esta cooperación debe basarse en una planificación conjunta y proactiva que contemple no solo la distribución de vacunas, sino también la logística de insumos médicos, la capacitación continua del personal sanitario y la implementación de estrategias de comunicación pública efectivas sobre medidas preventivas.

Se destacó la importancia de establecer alianzas permanentes, en las que el sector privado juegue un papel clave en la fabricación y distribución de vacunas, y de asegurar una colaboración constante con organismos internacionales y gobiernos para garantizar que toda la población, especialmente los más vulnerables, tengan acceso equitativo a los recursos necesarios. Además, se sugirió implementar un sistema de retroalimentación y evaluación continua dentro de las alianzas intersectoriales, con el fin de medir su efectividad y optimizar recursos. La infraestructura tecnológica y digital, clave para la coordinación eficiente, debe ser fortalecida como parte esencial de este enfoque colaborativo.

Modernización del sistema de vacunación y atención sanitaria en México. Uno de los puntos más recurrentes en las recomendaciones fue la necesidad de modernizar el sistema de vacunación rutinaria y su infraestructura, especialmente en lo que respecta a la cadena de frío y la distribución eficiente de vacunas. La pandemia reveló no sólo deficiencias inmediatas, sino también problemas estructurales preexistentes que dificultaron la respuesta rápida. Para garantizar la cobertura universal de vacunación, es crucial invertir en la modernización de la infraestructura de salud pública, la digitalización de los sistemas de gestión de vacunas y la capacitación continua del personal para responder eficazmente ante emergencias sanitarias. Además, se subrayó la importancia de integrar tecnologías emergentes que permitan el acceso rápido a nuevas vacunas sin los retrasos regulatorios innecesarios. Se resaltó también la importancia de la colaboración intersectorial, a fin de que, de manera complementaria, se atiendan las necesidades de infraestructura en el ámbito de la salud pública. Asimismo, se destacó la relevancia de una adecuada planeación y financiamiento del Plan Nacional de Vacunación, con un enfoque integral que abarque todas las edades de la vida, para asegurar la cobertura continua y equitativa de la población.

En paralelo, es necesario fortalecer el sistema de vigilancia epidemiológica mediante la digitalización y el uso de tecnologías avanzadas, para permitir un seguimiento más efectivo de la propagación de enfermedades. Durante la pandemia, la falta de un sistema robusto de vigilancia impidió una respuesta ágil, especialmente en las primeras etapas. En este contexto, se destacó la necesidad de implementar un registro nominal de vacunación. Sin un sistema adecuado de registro, resulta imposible gestionar los recursos de manera eficiente ni realizar cálculos precisos sobre la distribución de las vacunas, lo que puede llevar a desajustes y pérdidas de dosis. Además, se subrayó que la falta de registros confiables, particularmente por parte de la Secretaría de Salud, dificulta la asignación y justificación de presupuestos. Si los profesionales de la salud, como médicos y enfermeras, tuvieran acceso a plataformas digitales que les permitieran llevar un registro en tiempo real, se contaría con datos más actualizados y precisos, lo que optimizaría la gestión de los recursos. La implementación de plataformas digitales que integren diversas fuentes de información no solo mejoraría la distribución de vacunas, sino que también facilitaría la identificación temprana de brotes y la asignación de recursos. La interoperabilidad entre las bases de datos de salud pública y otros registros nacionales, como los de seguridad social y educación, contribuiría a identificar mejor tendencias en grupos específicos de la población, fortaleciendo la toma de decisiones y la respuesta sanitaria. Finalmente, se destacó la necesidad de contar con una política nacional de innovación en salud pública que no solo modernice la infraestructura, sino que también promueva el uso de nuevas tecnologías en la respuesta sanitaria.

Un ejemplo de innovación en la vacunación, que surgió durante la mesa redonda, fue la implementación de la vacunación materna contra el virus respiratorio sincitial (VRS). Los participantes resaltaron la importancia de este avance, que contribuye a la protección de los lactantes en los primeros meses de vida, un periodo crítico debido a la alta vulnerabilidad a infecciones respiratorias. La vacunación materna contra el VRS ha mostrado ser efectiva en prevenir infecciones graves en los recién nacidos, reduciendo hospitalizaciones y mejorando la salud pública en general. Este enfoque no solo refuerza la estrategia de inmunización infantil, sino que también pone de manifiesto la necesidad de seguir desarrollando y aplicando políticas de vacunación que protejan a las poblaciones vulnerables desde el inicio de la vida.

Reforzamiento de la comunicación de riesgos y educación en salud pública. La falta de una comunicación clara y efectiva durante la pandemia generó confusión en la población y socavó la confianza en las políticas de salud pública. Se recomendó invertir en campañas educativas permanentes que aborden los riesgos sanitarios de manera efectiva, no solo en tiempos de emergencia, sino como parte de una estrategia continua de salud pública. Es fundamental también mejorar la capacitación de los profesionales de la salud en comunicación, ya que la confianza en la vacunación y otras medidas de prevención depende en gran medida de la información proporcionada por médicos y otros actores del sistema de salud. Las campañas deben incluir mensajes accesibles y comprensibles para la población general, adaptados a diversos contextos culturales y lingüísticos. Asimismo, se recomendó que la capacitación en comunicación no solo se limite a médicos, sino que también se extienda a enfermeros, trabajadores sociales y personal administrativo, pues todos juegan un papel esencial en la transmisión de mensajes de salud, contribuyendo a la correcta comprensión y adherencia a las medidas preventivas.

Acción en seguridad pública y acceso a servicios de salud en comunidades marginadas. Un aspecto clave que los participantes señalaron fue la importancia de la seguridad pública para la implementación de estrategias de salud en áreas marginadas o de difícil acceso. Durante la pandemia, se evidenció que la falta de seguridad en ciertas zonas dificultó la distribución de servicios médicos y las campañas de vacunación. También se subrayó que la cobertura en salud debe ser más inclusiva, alcanzando a las poblaciones más vulnerables, especialmente en las áreas rurales o indígenas, donde los servicios de salud son limitados. Se recomendó una mayor inversión en infraestructura en estos lugares, como el establecimiento de centros de salud más accesibles y con personal capacitado, así como el fortalecimiento de las redes de salud comunitarias para asegurar que nadie quede atrás en el acceso a los servicios. Además, los participantes propusieron que la participación comunitaria activa sea clave para garantizar que los servicios de salud lleguen a los sectores más vulnerables. Establecer alianzas locales con organizaciones comunitarias y líderes sociales podría mejorar significativamente el acceso a la salud en áreas marginadas.

Optimización de la respuesta a emergencias a través de la coordinación multinivel. La pandemia demostró que una respuesta sanitaria eficaz requiere una estrecha coordinación entre diferentes niveles de gobierno, desde el federal hasta los municipios. Los participantes destacaron que, aunque existió una respuesta centralizada, la desconexión en la coordinación con los estados y municipios dificultó la implementación ágil de medidas en áreas locales. Es fundamental establecer un sistema de gobernanza multinivel más eficiente, en el cual las autoridades locales tengan mayor autonomía para implementar medidas de respuesta rápida adaptadas a sus contextos específicos. Además, se debe crear una estructura clara para la asignación de recursos y la toma de decisiones en tiempo real, que permita a las autoridades locales actuar de manera coordinada con las federales sin demoras burocráticas. Esto contribuirá a una mayor eficiencia en la distribución de insumos médicos, la atención a la población y la implementación de estrategias de vacunación, garantizando que las políticas nacionales se adapten a las necesidades locales y que la respuesta sea rápida y efectiva en todo el país. Un aspecto adicional que se debe considerar es la utilización de plataformas digitales integradas, que permitan a los diferentes niveles de gobierno compartir información y coordinar la respuesta de manera más eficiente. Además, es clave fomentar la educación y preparación continua en respuesta ante emergencias, para asegurar que tanto autoridades locales como federales estén bien equipadas para actuar en situaciones críticas.

Las recomendaciones expuestas subrayan la urgencia de fortalecer y modernizar diversos aspectos del sistema de salud en México, con un enfoque que incluya la colaboración intersectorial, la innovación tecnológica y la mejora de la infraestructura sanitaria. La pandemia de COVID-19 dejó al descubierto importantes deficiencias que deben ser corregidas para enfrentar de manera más eficiente futuras emergencias sanitarias. Es esencial que el gobierno, en conjunto con el sector privado, la academia y organismos internacionales, trabaje de manera proactiva en la planificación de estrategias conjuntas que no solo garanticen una respuesta ágil ante crisis, sino que también promuevan la inclusión de las poblaciones vulnerables y fortalezcan la infraestructura en áreas marginadas. Además, se debe seguir optimizando el sistema de vacunación, fortalecer las capacidades de vigilancia epidemiológica y asegurar que las políticas de salud sean evaluadas y ajustadas continuamente para garantizar un acceso equitativo y oportuno a los recursos sanitarios en todo el país.

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